La abogada querellante en causas de lesa humanidad, Guadalupe Godoy, recordó a Jorge Julio López en la fecha en que se cumplen 16 años en que declarara en el juicio contra Miguel Etchecolatz.
En diálogo con Picado Fino, señaló que “en las maquinarias genocidas cada genocida cumple un papel y cada testimonio se teje con otro y puede dar cuenta de la dimensión enorme de lo que sucedió”.
En ese sentido, consideró que “el testimonio de López tuvo muchos valores. Por un lado, a ese juicio se llega porque los jueces que escuchaban testimonios en los Juicios por la Verdad tomaron los casos que no se conocían previo al dictado de las leyes de impunidad. Así fueron los casos que relataba López, que tenían la particularidad de poner a Etchecolatz (…) en una responsabilidad directa dentro del centro clandestino de detención”.
En relación al testigo desaparecido, la letrada destacó: “Durante muchos años no pudo encontrarse con otros y otras que hubieran vivido lo mismo, entonces en la forma de contarlo y la forma en que había ido reconstruyendo lo sucedido, se veía la enorme soledad que pudo sortear cuando se encontró con sus compañeros”.
Consultada sobre el estado de la causa por la segunda desaparición de López, la entrevistada admitió que “es difícil tener avances. Tuvimos testimonios y hemos pedido cuestiones tecnológicas que finalmente se hicieron y hasta ahora no hemos extraído casi nada. Es una causa que no tiene ni siquiera un seguimiento muy permanente. Está en manos de la Fiscalía Federal, en la Unidad de Lesa Humanidad y la pandemia tampoco ayudó”.
Al preguntársele sobre lo que cree que sucedió con López, Godoy significó: “Pensamos en dos cuestiones: una tiene que ver con un mensaje hacia la continuidad de los juicios, pero también la desaparición se dio en uno de los tantos intentos que hubo en democracia de modificar las estructuras de la policía. Había un enfrentamiento entre el gobierno de la provincia y los denominados “sin gorra”. En la primera reunión que tuvimos con Solá y Arslanián, Adriana Calvo dijo ¿fue la policía?, y Solá dijo “sí, sin lugar a dudas”.