"Cuando empecé en la tele había gente que decía que no tenia televisión, ahora eso no sucede mas pero sí hay gente que dice que no tiene Instagram o Facebook. La verdad que no sacas carnet de inteligente por no tener televisión o no tener redes", comienza Héctor.
Héctor comenzó a trabajar en la TV a los veintitrés años en el viejo Canal 9, de la mano de Alejandro Romay: "Empecé como microfonista, yo no sabia nada de nada, me podía tocar hacer cualquier cosa y era lo mismo. Empecé en la novela Una Voz en el Teléfono con Carolina Papaleo y Raúl Taibo. La primera sensación cuando entras en un estudio de televisión es la decepción. Es todo mas chico de lo que parece, el tiro de cámara hace que todo parezca mas grande".
Sobre diferencias y similitudes entre la ficción y la televisión informativa, Héctor reflexionó: "Una noticia no es la verdad, es lo que te contó un comisario que supone o un periodista que cree. Está construido a partir de voluntades o ideas. Todo es potencial entonces todo es ficción". Y agregó: "Las redes hoy son una gran ficción, nada que pueda aparecer en una cámara de foto o en un video puede ser real. Cuántas cosas decimos por ser un personaje que uno se quiere crear en Facebook".
"El bacalao lo siguen cortando los mismos cuatro grosos que son los dueños de la verdad y la verdad de gran parte del pais. Creo que todo esto empezó en los años 90. Se producía algo raro de la gente diciendo que era una payasada el caso Coppola pero después el rating se disparaba. Lo mismo con Tinelli, nadie miraba Tinelli pero hacia 22 puntos", señaló.
Finalmente, Héctor analizó la relación entre sus dos pasiones, la literatura y la televisión: "Quisiera hacer un programa de libros y no de escritores. La mayoría de los llamados programas de libros son de escritores, como si los editores, los que diseñan y los correctores no tuvieran importancia en la hechura del libro. Hay que buscar otro formato en cuestión de programas de libros. Si no, son programas de escritores que se sientan en una mesa hablando con un conductor que les pregunta sobre sus libros, ese formato está agotado".
"Hay una idea de que a la televisión la hacen ignorantes y a la televisión no la hacen ignorantes, en la tele hay cabezas pensantes que saben contar una historia, no hay que minimizar el laburo detrás de la tele, es importante, por algo se ponen tantos millones de dólares para hacer un programa, porque confían en esas cabezas", finaliza.