El estudiante Nicolás Moreira resaltó que la situación en la que se encuentran es mucho más grave que al comienzo de la pandemia, puesto que “al finalizar la cuarentena, teníamos cuatro sedes y hoy nos quedó sólo una. El edificio único se incendió en el 2013. Hoy, dos de las tres sedes están cerradas porque se encuentran sin luz ni agua”.
Puntualizó que la modalidad de clases que se desarrolla es: “Una semana presencial y tres virtuales. Para los estudiantes es muy difícil sostener un ritmo de cursada regular y, para los docentes, planificar y trabajar en tales condiciones”.
Uno de los reclamos básicos es que “se le pongan puertas a los baños, cosas elementales para el transcurso de una vida académica que hoy no están garantizadas”, señaló.
El estudiante enfatizó que “no podemos tener una educación para la resignación, porque después eso se traslada a las escuelas donde se repiten las mismas condiciones”.
Moreira indicó que la asamblea apunta a “una acción de visibilización para que se conozca lo que está pasando en el Instituto N° 9 que alberga a miles de estudiantes, uno de los más importantes de la Provincia”.