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RASHID ALI GARCIA:"EL LIBRO ESTÁ INCOMPLETO PORQUE NO LO PUDO LEER DIEGO"
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RASHID ALI GARCIA:"EL LIBRO ESTÁ INCOMPLETO PORQUE NO LO PUDO LEER DIEGO"

Por lía ayala / 23 de July, 2022
Autor del libro Alhamdulillah o Gracias a Dios donde cuenta detalles de la vida de Diego Maradona en Dubai
El periodista argentino logró su sueño de trabajar junto a Diego Armando Maradona en su paso por el club Al Wasl FC en Emiratos Árabes.




 

 "Cuando uno se exilia en busca de un viento mejor, el camino de la profesión te va llevando. Yo trabajaba en Atenas (Grecia) y con la crisis que hubo empecé a ver otros caminos y me convocaron para trabajar en Emiratos Árabes y empujé un poco todo cuando me enteré que Diego iba a trabajar allí, sin conocerme fue muy generoso conmigo y fue así que compartimos esa experiencia. Me abrió las puertas a su cuerpo técnico, del vestuario y hasta las de su casa".

El día a día de Maradona en Emiratos Árabes. " Era más simple de lo que yo mismo esperaba. Diego encontró un espacio de muchísima paz, de relajación porque en la calle había mucha gente que no lo reconocía. Arrancaba a trabajar al mediodía en el Al Wasl, sólo faltó cuando falleció Doña Tota, su mamá. A veces había doble turno, trabajábamos mucho en su casa siempre atento al fútbol de todo el mundo".

García cuenta cómo fue la convivencia con Maradona. "Cuando comencé a trabajar con Diego, para mí fue todo lo contrario de lo que era para él, estaba relajado y yo tratando de estar a la altura jugando mi propio mundial. Estaba cumpliendo mi sueño profesional y era preparar de la mañana a la noche cómo iba a cubrir los entrenamientos, los partidos y todo lo que significaba. El primer contacto que tuve con él, se sentó conmigo durante una hora y me preguntó todo, tuve que hacer una exposición de mi CV. Estoy hablando con ustedes porque trabajé con Diego, antes era un periodista trotamundos ignoto y buscavidas. Por eso en el libro lo digo varias veces que debo agradecerle de por vida la oportunidad que me dió".

"Traté de mantener la distancia, de no meterme demasiado en su entorno porque no quería romper aquella "idealización" de adolescente que tenía para con él. Siempre digo que lo cubría a 3 metros de distancia. Estaba en todo pero no era parte del suceso porque no corresponde. Considero que nuestro trabajo es así, no fuí parte del entorno ni amigo porque esa es una palabra muy fuerte. Hace poco un allegado me dijo que alguna vez le hablaron de mí y les contestó "ese flaco es un amigo" y de algún modo eso me llena el corazón".

La odisea de escribir un libro para un periodista que no es escritor.

"Escribir el libro fue muy difícil, muy complejo y es algo que no voy a repetir en esta vida. El periodista escribe pero no es escritor. Podemos escribir una gacetilla con determinada cantidad de caracteres pero de ahí a llenar 300 páginas y decir algo interesante hay una distancia. El libro nace medio de casualidad, dejo el club en el 2014 después de 3 años de trabajo. Mientras me mudaba un amigo argelino que habla bien el español y que tiene una formación en letras muy profunda encontró las libretitas donde había registrado todo y me preguntó que iba a hacer con ellas, le dije que las iba a tirar porque no me interesaban. Se llevó las cajas y 15 días despues me dice que tenía que escribir un libro con ese material".

"Al principio no quería hacerlo hasta que nos reunimos en su casa y empezamos. No fue sencillo llegar a más de 200 páginas y menos conseguir una editorial que lo publicara. Decidí hacerlo por el lado de la autogestión y lo pude hacer en septiembre del año pasado. La idea fue que era un regalo para Diego, le había comentado que iba a escribir un libro pero no llegué a tiempo para que lo viera"

"El libro está incompleto porque no lo pudo leer Diego. Siempre que lo presentaba me decía "ojo con lo que vas a decir" pero obviamente nunca pasó nada . Me hubiera gustado que leyera el libro y ver cuál era su reacción. De hecho tiene un capítulo insertado al final donde doy cuenta de cómo me senti el infausto 25 de noviembre" .

Rashid García expresa sus sentimientos por la muerte de su ídolo.

"Estaba en Córdoba. Estaba durmiendo y era mediodía cuando viene mi esposa y me dice levantate que Diego está mal. Pensé que era otro episodio y que se iba a poner bien. Pero me lo repitió otra vez y noté que la mirada noté algo diferente. Tomé el teléfono para llamar a Daniel Arcucci y me doy cuenta que está al aire en el canal, me acerco y veo la cara y no hizo falta mucho más y si bien no estaba confirmada la muerte las cartas estaban echadas."

"Al principio sentí negación, no creía en lo evidente. Ese día no tocamos el tema en la familia. El momento que lo asumí fue cuando el cortejo fúnebre supuestamente se equivocó de camino y bajó en el Parque Leloir. Ahí me dije Diego quiso pasar por el barrio y pasé de la negación a una angustia muy grande".

El autor de "Alhamdulillah" hace un mea culpa.

"De Diego siempre hablo en presente y fue una aventura maravillosa haber compartido esos años. Me faltó el coraje para contar cómo estaba Diego, su salida de Dubai, su llega a Dorados que fue una locura, que no estuviera en condiciones de trabajar en la Argentina, en realidad en ningún lado en ese momento. El día que lo presentaron en Gimnasia a mí me llamaron la atención dos cosas: que le temblara el pulso y la emoción permanente, yo lo interpreté como un pedido de auxilio como diciendo me siento mal y nadie está haciendo nada"

"Ese mismo día hablé con un colega muy cercano a Diego y le dije que estaba más preocupado que lo sucedido en el 2004 y me dijo que no, vos sabes que de estas cosas se recupera, no lo veo tan mal, ahora va a trabajar pero al final nadie dijo nada. Tal vez no se podía hacer nada pero hubiera cumplido con el deber profesional de ser honesto conmigo mismo al haber dicho lo que sabía".