Gabriel Blanco, investigador en energías renovables y sustentabilidad de la Unicen aseguró que las altas temperaturas en Europa representan una “sorpresa relativa” porque es algo que las Naciones Unidas viene anunciando en sus informes desde “hace más de 20 años” y advirtió que “hay responsabilidades históricas y presentes, y no son las mismas para todos los países”.
En No Corras, por FM 97 UNE, agregó que si bien estas temperaturas no deberían resultar sorpresivas para los Gobierno porque “son parte de los informes al integrar las Naciones Unidas” en el caso de la población en general “nunca llega a instalarse como tema de agenda pública, ni en los países industrializado ni en los países como el nuestros, porque incomoda a quienes se benefician de este modelo de producción y consumo basado en los combustibles fósiles porque cualquier modificación a eso alteraría los negocios habituales” de grandes corporaciones.
Además, detalló que “los medios de comunicación están impregnados, están asociados a ese poder económico que no se resigna a modificar sus estructuras productivas. Esa es otra razón clara de por qué no se instala el tema en la agenda”.
El entrevistado explicó que este modelo tiene “dos patas claras” una que es la producción de materias primas y alimentos y la otra la generación de energía y reiteró que ambos sectores son grandes corporaciones que “están asociadas con algunos sectores de la política y con los medios de comunicación”.
Seguido alertó que “bajo la idea de la seguridad alimentaria, se intentan justificar formas de producción de alimentos que son insostenibles” y ejemplificó este punto señalando que “se necesitan cada vez más agroquímicos porque se están agotando los suelos”. Y agregó que por la ola de calor "se apela a variables energéticas cada vez más contaminantes en la búsqueda desesperada de recursos energéticos”.
Por ello aseguró que el problema será no “no sólo para ellos sino para nosotros también porque cada vez que tomás una decisión en el sector energético son decisiones que impactan a largo plazo. Porque expandir la infraestructura para el uso de combustibles fósiles son decisiones que te abren a un horizonte de 50 o 60 años”.
Y afirmó “hay que abordar el problema del cambio climático” y dejar ese tipo de generación de alimentos y de energía. Pero eso es un dilema muy complejo. Sin embargo, creo que se abren otras oportunidades para la producción de energía y de alimentos. Estas nuevas manera, son muy interesantes porque permitirían otro tipo de producción, incorporaría a muchos más actores en el juego y promovería desarrollo local. Pero son transformaciones que tocan muchos intereses, incluso de la política. Y cada vez que hay sectores de la política asociados a estos intereses la transformación se hace mucho más difícil”.
Por último se refirió al caso Argentino y aseguró que “mira con mucha tristeza” que se haya decidido “apostar definitivamente por el petróleo y el gas porque hay grandes oportunidades que van por otros caminos”.
“Y porque además de todos los recursos propios que tenemos, contamos también con un sistema científico tecnológico muy importante que podría estar trabajando mucho más en esto. Ojalá que alguien lo empiece a ver y lo empiece a entender así. Pero, por ahora, no se está viendo”, aseguró.