En diálogo con Instinto Amateur contó su actualidad. "Soy profe de educación física y dI clases en Necochea y Mar del Plata, pero las vueltas de la vida me llevaron a ser instructora de la Policía de la provincia de Buenos Aires y hago la preparación física a los cadetes. Hace 24 años que estoy como profesional en la fuerza".
La destacada heptatlonista recuerda sus comienzos. "Nací en Necochea, y como soy descendiente de dinamarqueses me mandaron a una escuela que se llama escuela argentino danesa Altamira que a la mañana era todo estudio y por la tarde deportes. Empecé a correr en 2° o 3° grado y las maestras llamaron a mi tía, porque mi mamá falleció cuando yo era chiquita, y le dijeron que era rapidísima y que les ganaba a todos los varones. Había un profesor Alberto Peña que armó un grupito de atletas en el colegio y como era tan buena pidió permiso en mi casa para llevarme a Mar del Plata y así empecé a competir a los 9 años. El profe Peña tenía un balneario en Necochea y entrenábamos ahí a pulmón, para practicar el salto en vallas saltaba unas gomas de auto. Era muy sano, divertido y lindo".
"Cuando terminé el secundario en Necochea me vine a estudiar educación física a Mar del Plata y me quedé acá. Estuve en varios clubes en Kimberley, Mitre, La Bancaria que recién se había formado. Cuando tuve un tope me fui a Ferrocarril Oeste de Buenos Aires porque tenía el equipo más fuerte. Ferro estaba en una época dorada con (León) Najnudel (creador Liga Nacional de Básquet) donde apoyaban a todos los deportes. Vivía con otras chicas en un departamento. Ahí se competía a otro nivel porque si había que viajar a Chile, Uruguay o Brasil nos llevaban. Ahí fue el salto en mi carrera como atleta".
Como se llega a la práctica de un deporte como el héptatlon que tiene tantas disciplinas. "Me caracterizaba por ser rápida pero también por ser fuerte. Cuando fuí a competir con 9 años en velocidad, agarré una bala la tiré e hice record argentino y salí campeona y fue la primera vez que lo hacía. Para mí es natural y como me gustaban las pruebas entrenaba todas. He salido campeona argentina en pruebas individuales con gente que sólo competía en esa especialidad yo entrenaba para siete".
Hubo un hecho que marcó profundamente la carrera de Comaschi. "Estaba en España. Clasifiqué en el Estadio Iberoamericano, salí segunda porque en la prueba de jabalina hice dos nulos y para no quedar nula tiré el tercero para clasificar nomás y perdí mucho puntaje siendo que iba primera en la prueba, pero después recuperé en los 800 m. Con esa marca clasifiqué a los JJ. OO Barcelona´92, me dieron toda la ropa oficial y nos fuimos con otros atletas argentinos que también habían clasificado a la villa olímpica de Barcelona"
"Cuando entro a la villa no podía acreditarme porque no estaba en el sistema, me dejaron pasar igual porque al otro día llegaba el avión desde Buenos Aires con la delegación y dirigentes. La gente del COA (Comité Olímpico Argentino) les echaba la culpa a los organizadores de los Juegos porque no figuraba mi nombre".
"Mientras tanto yo no podía salir de mi habitación porque no tenía acreditación y además había amenazas de la ETA (grupo terrorista vasco). Pese a todo yo tenía la esperanza de competir faltando una semana. Ese día con la delegación llegó el secretario de Deportes de la Nación (Fernando) Galmarini y me dijo que me quedara tranquila que ahora tenemos una reunión con el COI (Comité Olímpico Internacional), lo vamos a solucionar, esto es un error".
"La conclusión es que el fax que mandaron desde Argentina llegó tarde y en esa época era lo único que había. Fue un error del COA. Después de dos años les gané un juicio y se sentó jurisprudencia y yo solamente quería que se demostrara que tenía que estar ahí. Finalmente le costó el puesto a Galmarini que el haber quedado fuera de los Olímpicos. Les dije que yo entrené toda la vida para estar ahí y que ellos no me podían dar una solución. Los generales (militares) que manejaban el COA me dijeron que era "muy pendeja" para contestarles así, a mí no me importó nada sólo estaba ahí por la camiseta. Ese es el dolor que yo tengo que fui olímpica pero no pude competir".
Pero la vida siempre da revancha y a Ana María Comaschi le llegó a través de su hijo Mauro Zelayeta. "Mauro jugó al fútbol desde chiquito. Fue campeón de la Liga Marplatense, jugó en Aldosivi, lo llamaron de AFA y hasta lo vieron de Boca y Racing, pero optó por volverse a Mar del Plata. Entrenaba de martes a sábado fútbol, los domingos jugaba y el lunes, día libre, hacía vóley con los amigos. Un día vino el profesor a decirme que lo necesitaba y lo había fichado para jugar al vóley. Lo convocaron a la prueba para los JJ: OO de la Juventud Buenos Aires 2018 y quedó seleccionado junto al mendocino Bautista Amieva formando dupla para beach vóley y lograron el bronce olímpico".