En sus comienzos, Páginas de Espuma nace “de la lectura. No entiendo la edición sin el amor por la materia con la que trabajas y yo trabajo con los libros, con historias que alguien quiere contar y personas que quieren leer esas historias”, explicó Juan Casamayor, quien recordó que particularmente buscaba libros de cuentos y tomó nota de que había editoriales dedicadas al teatro, a la ficción, a la historia u otros géneros, pero no a los cuentos. Esa búsqueda lo llevó a “tantear esa cartografía del cuento, mirando a los países de América Latina, indivisiblemente”.
Consultado por el llamado boom de las escritoras latinoamericanas, consideró que “no existe dicho boom porque las escritoras siempre estuvieron ahí y siempre estuvieron. El tema es dónde estuvieron nuestras lecturas. A los 16 años leemos como vemos un amanecer. A nosotros se nos dio un canon de lectura masculino y machista. Hay que cuestionar al siglo 20 porque no hemos leído lo mejor, no hemos leído a muchísimas escritoras, que nos ocupamos de iluminar, que están ocultas, pero no olvidadas, porque no fueron siquiera merecedoras de un recuerdo”. Es en ese sentido que desde Páginas de Espuma nació la colección Vindictas, que publica obras de escritoras latinoamericanas que fueron excluidas del circuito durante los últimos 100 años.