Isaac Rudnik director nacional del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) reflexionó sobre cuáles son las medidas que se pueden aplicar para atenuar el impacto de la inflación sobre los sectores populares y advirtió que “la preocupación en el Gobierno vuelve a ser los sectores financieros”.
En No Corras, por FM 97 UNE, destacó la importancia de que se desacoplen los precios internacionales de los precios internos dado que “su aumento remite a que bajó la oferta, por la guerra entre Rusia y Ucrania y no porque haya una suba de los costos internos de los productores argentinos que justifiquen los precios”. Y también pidió que “los programas como Precios Cuidados, o Precios Cercanos empiecen a tener presencia en los barrios”.
“El proceso inflacionario obedece a diferentes causas estructurales que lo impulsan y lo sostienen desde hace varios años. Pero también hay otras causas coyunturales como es el caso de los precios de los alimentos que nosotros producimos y que han aumentado a nivel internacional por la guerra”, describió Rudnik y agregó que como el conflicto se desarrolla en “un sector muy fuerte de provisión de productos alimenticios del mercado global” esto impacta en la oferta, y por consiguiente “los productos que nosotros exportamos” suben y eso luego “presiona sobre los precios internos”.
En se sentido desdobló la problemática en dos aspectos. “Por un lado, la inercia a la suba que tiene el precio de los alimentos que exportamos en el mercado interno. Porque, éstos suben y bajan en el mercado internacional, pero cuando bajan, eso no se refleja en el mercado interno sino que quedan estacionados. Es decir que esta situación coyuntural se engarza con la dificultad estructural del país de proteger el mercado interno y el consumo de alimentos de la población argentina independientemente de los vaivenes de la economía” puntualizó.
Seguido aseguró “que el Estado Argentino debería intervenir en estas situaciones, pero en los últimos tiempo se ha mostrado muy débil y con muchas dificultades para confrontar esa situación y contener la suba de los alimentos básicos”. Y remarcó que lo que se necesita es un “refortalecimiento del papel del Estado, con intervención enérgica y fuerte, para limitar el traslado mecánico de los precios internacionales al mercado interno”.
Por otra parte, Rudnik señaló que las estadísticas oficiales señalan que pese a que se vive un proceso de crecimiento económico “el índice de salario da a la baja por la suba de la inflación. Y por ello nosotros a lo que apelamos es a una intervención del Estado que permita defender el poder adquisitivo de los trabajadores que tienen menos ingresos con algunas medidas de emergencia”.
Y sugirió: “El congelamiento de los 57 productos que integran la Canasta Básica. Y exigir que Programas como Precios Cuidados y Precios Cercanos, que buscan poner precios de referencia, lleguen a tener presencia significativa en los barrios”.
Finalmente, Rudnik señaló que en el Gobierno lo que se puede ver “es un corrimiento del discurso” antes estaba “más preocupado por la problemática de los sectores de menores ingresos” y ahora “la preocupación es cuál va a ser la reacción de los sectores financieros que toman decisiones y presionan”.
“La preocupación del Gobierno hoy es ver cómo se relaciona amablemente con todos estos sectores que están produciendo todo tipo de situaciones negativas para con la vida de la mayoría de las familias argentinas y hay una decisión manifiesta de no poner ninguna medida que los pueda afectar. Entonces, de la preocupación de campaña y de los primeros meses de Gobierno que focalizaba en los sectores de menores ingresos se pasó a otra que atiende a una minoría que es cada vez más poderosa y que está cada vez más decidida a defender su proceso de agrandamiento de la ganancia a costa del resto de la población”, aseguró.