En ese marco, destacó que "si bien la narrativa audiovisual LGBT estuvo dominada por salir del closet, del primer amor, cuestionarse una sexualidad por fuera de la heteronorma, o la mono norma" a ella, le interesa "explorar como realizadora y como persona del colectivo queer, para empezar a trabajar sobre otras cosas que nos empiezan a pasar al salir de la heteronorma".
Por ello consideró "empezar a ver qué otros conflictos e historias empiezan a aparecer cuando la sexualidad deja de ser lo central en los personajes, para construir personajes más tridimensionales con otras motivaciones, otras particularidades".
A su vez se preguntó: ¿Qué pasa con las edades avanzadas, las mujeres lesbianas que ya no están buscando una relación romántica, que las atraviesa la vejez, la enfermedad?, ¿qué nos define como individuos, como personas más allá de la identidad sexual?.
Miche enfatizó también aquello que "tiene la música que es muy poderoso" y es "su capacidad de conmover y llevar un sentimiento que se refleja muy verdadero en todo", resaltó. Es "el sabor del dolor puede ser diferente, el color que refleja puede ser diferente pero el sentimiento humano es el mismo, pero la música tiene ese poder de desear la alegría, el sentimiento de enamorarte de alguien, la felicidad, la paz, el dolor, el miedo".