El periodista de investigación y escritor especializado en temas policiales, Ricardo Ragendorfer, manifestó que le llama la atención que “desde hace muchos años la violencia urbana es trasmitida a través de los medios que, bajo su tamiz, se denomina seguridad o inseguridad”. Aclaró que “nos referimos a delitos contra la propiedad, cuando en los medios tienen cabida otros tipos de violencia que son ejercidas en el ámbito familiar, barrial y otras personas que no pertenecen al delito”.
En declaraciones a Asuntos Pendientes, por FM 97Une, indicó que “en ambos casos hay una amplificación aviesa con respecto a la violencia urbana en el sentido de que existe una construcción del miedo para el cual es necesario encontrar siempre un enemigo social”. Agregó que “esos enemigos sociales se turnan en los medios y son enfocados de manera espasmódica, como cuando un delito grave es cometido por un menor de edad y aparece una oleada de opiniones, editorialista y una serie de personas a reclamar la baja de la edad de imputabilidad”.
A su vez, Ragendorfer indicó que “la repetición continua de la noticia de un homicidio en ocasión de robo hace que la 'señora de barrio norte' empiece a sentir que la vereda de su casa está tapizada de cadáveres cuando en realidad los índices delictivos en la Argentina no son alarmantes”. En tal aspecto, precisó que “en el país hay 5,6 homicidios cada 100.000 habitantes, que es un dato bajísimo. En Santiago de Chile hay un 6,9, en Uruguay un 5,9, y en Nueva York 15 cada 100.000 habitantes”, comparó y, además, subrayó que “solo un 30% son cometidos en ocasión de robo, mientras que el resto son homicidios cometidos entre familiares, intrabarriales”.
El especialista recordó que uno de los periodista que cubrió en 1932 el fusilamiento de Severino Di Giovanni en la penitenciaría nacional de la calle Las Heras fue Roberto Arlt, quien “escribió una de las crónicas más bellas y tristes del periodismo argentino (He visto morir). Además de escribir lo que vio, añadió el hecho de que, dado de que ese acontecimiento estaba abierto al público y se daba muy temprano, asistieron muchos vecinos y personas que volvían de los cabarets, a raíz de lo cual termina la nota diciendo: ‘habría que poner un cartel que diga prohibido reírse y venir con zapatos de baile”. El periodista dijo que “allí Arlt configura lo que en 1967 comenzaría a conceptualizarse como la ‘sociedad del espectáculo’. Ese concepto señala que lo que antes había sido vivido ahora es representado. Se había pasado de ser al tener y del tener al parecer en un contexto donde las relaciones de las personas se medían en imágenes”, al tiempo que expresó que “han pasado muchos años pero esto se sigue profundizando y naturalizando”.
Por último, vislumbró que “la noticia incluye intereses políticos y de mercado” y destacó que “por su puesto la información es una mercancía porque además es un espectáculo en el cual los medios compiten por tener más impacto que sus rivales, y es una mercancía que está sustentada por dos pulsiones de la condición humana, que son el miedo y el morbo”.