En diálogo con Picado Fino, la autora argumentó que "había otras mujeres importantes como María Elena Walsh o Mercedes Sosa, pero sentíamos que la figura de Gilda además incluía a la cumbia, un género que siempre fue bastante denostado".
Fink destacó "Gilda fue pionera en muchas cosas: fue maestra jardinera, algo que tenía que ver con las tareas de cuidado, con la continuación de un trabajo más bien del hogar, que tenía un marido híper celoso, la madre que le cuestionaba un montón", y destacó que la artista popular pudo romper con el estereotipo de lo que eran las mujeres de la movida tropical de esa época "que eran exuberantes mientras que ella era muy flaquita, tenía esa cosa como dulce, no estaba asociadas directamente al sexo, ella las rompió un montón".
Seguido, agregó "era una persona muy carismática y convocante" y mencionó "el video donde está en la cárcel de varones que es muy impactante, está con su vestidito de jean con varones en situación de encierro, los hacía subir al escenario, les dejaba la dirección de su casa para que le manden cartas, era querida por todos los públicos".
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Finalmente dijo que desde la editorial Chirimbote "promovemos a los santos y santas populares" diferenciándolo de lo religioso, ya que "las religiones tratan con dioses, vírgenes, o seres inmaculados". En cambio, "los santos populares son personas que que vivieron en la tierra, como cualquier mortal, murieron jóvenes y en vez de pedirles milagros, se le piden favores, como alguien más cercano".