Mónica López Muntaner, tenía siete años cuando las fuerzas militares irrumpieron en la casa donde se encontraba su hermano Francisco, militante de la UES y estudiante del bachiller de Bellas Artes de La Plata.
En diálogo con Radio Provincia, se manifestó muy emocionada en la marcha que conmemora los 46 años de la Noche de los Lápices. "Pude vivenciar a los pibes, las organizaciones sociales, los partidos políticos, los compañeros de militancia, calma el alma, por la tremenda tristeza que nos ha tocado padecer como familiares, tantos años de lucha, para Madres, Abuelas, mi madre que la acompañé cientos de veces a movilizar desde los siete años, de su mano, en las Marchas de la Resistencia, las marchas de los jueves, es muy emocionante", expresó.
En ese marco, destacó que "después de esta violencia institucional, que nos ha tocado vivir el 1 de septiembre, con este agravio contra la Vicepresidenta, creo que la gente ha tomado la fuerza total y la conciencia de que hay un pacto que no se puede romper, hay límites que no podemos cruzar y que la violencia no nos lleva a ningún lado".
López Muntaner resaltó a su vez: "Tenemos que saber vivir en democracia, que tenemos poder conversar, entender que los pensamientos de los otros pueden estar errados, pero hay que encontrar formas para poder vivir mejor".
Sobre el día que secuestraron a su hermano dijo que "ese día yo estaba allí, por cuestiones familiares vivíamos en dos lugares, la casa donde teníamos la Rotisería donde trabajaba mi mamá, mi papá trabajaba en YPF. Ahí, en esa casa, pasábamos todo el día y por la noche, íbamos con mi hermano Fernando, mi papá y yo. En la otra casa quedaban mi mamá, Pancho y Víctor. Yo estaba ahí, las fuerzas militares llegaron, me desperté con un hombre que levantó las sábanas con un ithaca, se dirigió a mi hermano, agarraron a mi madre, le preguntaron dónde estaban sus otros hijos. Ella evidentemente trató de que no vivenciáramos ningún acto de violencia, lo apartó se lo llevó, y cuando le preguntaron por Pancho le preguntaron que no estaba ahí. Cuando quiso salir le dijeron que se quedara en alto, estaba toda la policía y los militares apuntándola, y todo lo demás es el relato de lo que mi madre me pudo transmitir el día que se lo llevan".
Por último detalló: "Creo que esto se lo debemos a esas mujeres maravillosas que son las Madres y las Abuelas, todo el trabajo de la militancia política que durante años y años, en los 80 y los 90, siempre estuvo en pie, de hacer conocer la historia, de saber lo que la dictadura le hizo a esta sociedad, no sólo la vidas que nos arrebataron sino cómo nos han puesto de rodillas, ni hablar con una guerra como fue Malvinas, donde trataron de eliminar otra generación, pero yo creo que los pibes nos hemos encargado de que esto llegara y las semillas cuando se riegan y se riegan, dan frutos y dan flores, y son ellos".