En diálgo con Asuntos Pendientes, Rinsesi consideró "la situación es dramática, y muy difícil de pensar. Nos obliga a revisar los pactos fundamentales y consensos que creíamos adquiridos".
En ese sentido, argumentó "los alegatos del fiscal Luciani fueron escandalosos, 9 días gritando frente a cámara, profiriendo insultos y acusaciones indemostrables. Ello alimentó discursos sobre que líderes los populistas son todos corruptos y ni siquiera hay que probarlo". Ante esto, si pudiéramos comprobar que hay sectores de la política que no descartan la violencia extrema para dirimir los problemas, estaríamos en una situación muy novedosa en la argentina de los últimos 40 años. El repudio de la derecha existió en algunos sectores, tuvo sabor a poco, a cierta formalidad. En otros sectores con referencias muy notorias no existió en absoluto y eso es muy preocpuante".
Por otra parte, asistimos a una reacción interesante de los sectores populares democráticos que tienden a acompañar a la vicepresidenta. Frente a eso hubo una reacción torpe y autoriataria por parte del gobierno de la ciudad de Buenos Aires", y respecto a declaraciones mediáticas del ex presidente Mauricio Macri sobre la posibilidad de dialogar con sectores del Frente de Todos, expresó "me reconforta que Macri quiera hablar con la constitución sobre la mesa, durante su gobierno hubieron violaciones sistemáticas a derechos elementales. Una de las primeras acciones fue reprimir docentes".
Luego, reflexionó "veo mucha violencia que hay que condenar enfáticamente de un sector de la política, y por otro lado una reacción de movilizarse, llenar plazas. Es posible que lo hayamos hecho con torpeza porque hay que saber cómo contrarrestar esa violencia".
Finalmente, dijo "no me resulta simpático que el gobierno nacional audite a movimientos sociales y no auditar la deuda ielgal de tipos que hicieron pelota este país. Me gustan las democracias participativas con universidades, sindicatos, y fundamentalmente los movimientos sociales".
Imagen de portada gentileza de Revista Cabal