En diálogo con Asuntos Pendientes, Sasiain contó que "el Credo nace desde la preocupación que generaron ataques violentos a grupos de LGTB, aparece un patrón que me motivó a realizar el documental".
En la película, "ponemos de manifesito el problema para conseguir trabajo, la educación, y otras situaciones en las que posiciones radicalizadas ganan terreno, pero esas opciones son violentas y repudiables", agregó. "Estos grupos pasan a la acción gracias a que tienen instigadores. Ahí adquiere una complejidad que no es la que tienen cuando los aislamos o vemos sus perfiles", sostuvo.
En ese marco, amplió "si uno rasca un poco más ve que hay partidos políticos y grupos de derecha que prometen lugares si funcionan como grupos de choque. Estamos hablando de algo que no se ve y no se toca, pero está ahí. Muchos grupos neonazis que se movían aislados encontraron en un canal político algo que los nuclee, promoviendo un accionar institucionalizado", reflexionó.
"El final del documental es feliz, porque finalmente se pudo detener el accionar de los grupos violentos mediante la justicia", concluyó.