“En estos 70 años sentí que había un enfoque como dirigente política que no fue narrada. Se la describió como abanderada de los humildes y que disputó poder, en un momento donde las mujeres eran madres y amas de casa” detalló.
En este sentido, la entrevistada contó que la palabra irreverencia en su libro tiene que ver “porque le faltó el respeto a la autoridad consolidada en la Argentina durante siglos. Además porque rompió con estereotipos de clase y era una mujer de origen humilde que se hizo de abajo y llegó a disputar poder”.
La publicación transita la vida de uno de los mayores íconos de la historia argentina y aborda dos grandes ejes narrativos: la misma Evita en cuerpo y alma y su intenso trabajo por la participación política de las mujeres y la vinculación con demandas feministas.
Rosemberg afirmó que “Eva propone en el año 1951 la remuneración a la tareas que realizaba la mujer en el hogar. Es un sujeto político que actuó en un momento determinado”.
“En el feminismo del siglo XX la mayoría era antiperonista y cuando el gobierno de Perón, esta por sancionar la ley del voto a las mujeres, se oponen” describió.
La historiadora entrecruza los discursos de Eva Perón con los valores del feminismo, donde hace un recorte de cada uno de los reclamos en los que invoca preferentemente a las mujeres y en especial, en la trabajadora.
A su vez, mencionó que la dirigente “formó el primer partido peronista femenino en 1955, la mayoría van presas con una enorme persecución judicial. Es un antiperonismo y la denuncia por corrupción se instala en esos años. Y eso hoy sobrevive”.
Asimismo comentó que “sobre todo en los años 90 con la película de Madonna, se la ve a Eva glamorosa y cercana a sectores más cristianos y a una figura de santa, por eso excede al peronismo”.
Finalmente subrayó que “el primer recuerdo que tengo de ella es de mi papá, cuando me contó que el primer juguete lo recibió de Evita”.