La politóloga María Esperanza Casullo dijo que Carlos Menem “combinó preferencias económicas liberales, pro-mercado y pro-privatizaciones con una raigambre en la cultura política popular”.
En diálogo con Días Distintos por Radio Provincia, dijo que a este perfil de gobernantes se los llama “neopopulismos” en las ciencias políticas y recordó que en la década de los 90 hubo varios presidentes de ese estilo en la región y nombró a Fujimori en Perú y a Color de Melo en Brasil.
Refirió que Menem logró que su política fuera “muy atractiva a los ojos de la elite argentina” y mencionó que -de hecho- “en los ojos de muchos empresarios fue un momento casi de gloria, porque Menem ganaba las elecciones pero le ofrecía el ministerio de Economía a tecnócratas que venían de esos sectores”.
“Estoy convencida de que hay montón de actores corporativos que estarían dispuestos a volver a esa fórmula”, admitió la entrevistada, al tiempo que aclaró: “no me gusta la idea de decir que Menem no era peronista o que traicionó al peronismo, eso es un poco facilista. Hay que entender por qué Menem gobernó durante 10 años y la mayoría del partido siguió con él”.
Casullo sostuvo que “una de las características del sistema político argentino es que los dos partidos grandes tuvieron siempre dos alas: una más de izquierda y otra más conservadora. Menem expresa algo que tiene el peronismo que es la sensación de sentir que está interpretando la época. El peronismo tiene muchas antenas a la sociedad, interpreta y expresa demandas, más que tener una ideología profunda del mundo”.
En ese marco, consideró que “Menem sintió que estaba interpretando al espíritu de la época: la globalización, la caída del Muro, el ascenso de la hegemonía de Estados Unidos y la demanda de la sociedad argentina que quería viajar más, expandir el consumo. Menem tenía una visión mesiánica sin duda de que estaba interpretando el momento histórico y se pasó de rosca”.
Seguido, consignó que no hay que olvidar que “Menem no terminó su gobierno en un momento de gloria y después del 2001 se ve que esa explosión no fue sólo por las cosas que hizo mal de la Rúa, sino también por la herencia que le dejó Menem”.