En el primer semestre del año bajó levemente la pobreza, pero subió la indigencia. El dato surge del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que determinó que en el país el 36,5% de la población es pobre.
El profesor de Política Económica I en la UNLP indicó que “en los dos primeros meses se arrastraba un crecimiento de la economía y la inflación no se había disparado. De enero a marzo la pobreza caía, pero lo más probable es que en el segundo trimestre haya sido superior al 38%. Esa tendencia a la baja, se habría detenido en marzo y con suba desde abril”.
En este tono, explicó que “más allá de las medidas contra la inflación que se puedan tomar hasta fin de año es de esperar que en el segundo semestre la pobreza tenga números negativos y cercana al 40%”.
Sobre los alimentos, el especialista comentó que “la canasta alimentaria subió solo en marzo un 9%. Eso explica los índices negativos de la indigencia”.
Por otra parte, dijo que “es preocupante" que el 50,9% de las personas de 0 a 14 años sean pobres porque "ese grupo etario no ha mejorado. Es común en los países de la región que la pobreza está más concretada en niños y jóvenes”.
Analizó que “la pobreza es crónica y se perpetúa en la franja de niños y adolescentes, no alcanzan para alimentarse adecuadamente y tienen un desarrollo físico menor”.
Al ser consultado si la salida es una mayor intervención para controlar el precio de los alimentos, precisó que “el problema de la inflación excede a ese tipo de medidas y eso no generó que la inflación disminuya".
Finalmente, aseguró que “en Argentina hay problemas macroeconómicos graves y el Gobierno lo ha reconocido, por eso ha tomado medidas. Reducir la inflación es el paso inicial para bajar la pobreza y generaría estabilidad, para poder entrar en un proceso de crecimiento, que es lo que necesitamos. En los últimos 12 años, Argentina no tuvo un proceso de desarrollo sostenido”.