El periodista autor del libro “El último Maradona” remarcó que "Maradona, representa una Argentina plebeya, proletaria y de potrero. Diego no sólo llegó a primera sino que se convirtió en Dios. Ser Maradona fue mandato de los futbolistas".
Wall, quien estuvo durante la procesión velatoria que despidió los restos mortales de Maradona aseguró que la organización de la despedida de Maradona fue “responsabilidad política del gobierno nacional”, además denunció que “la tremenda represión” que ejercieron las fuerzas de seguridad es “responsabilidad del gobierno de la CIudad de Buenos Aires”.
En ese mismo sentido, Wall se sinceró y expresó: “tengo una contradicción porque el gobierno debería haber puesto condiciones pero también entiendo el dolor de la familia", a pesar de ello "Salió bastante barato a pesar de lo que sucedió porque la sensación era que se desbordaba. Pero hubo tanta tristeza que se volvieron a sus casas" ante la situación que se terminara el velatorio. Agregó que “me siento egoísta porque también hubiera querido un velatorio más extenso pero me pasa que aún después de muerto le seguimos pidiendo algo que es que se quede un poco más ahí".
Por último, recordó que uno de los puntos más sentidos para los argentinos tiene que ver con la presentación de Diego Maradona durante el Mundial de Estados Unidos de 1994 porque "fue uno de los primeros duelos que tuvimos con Diego. El fue gran hacedor de felicidad pero nos dio estos momentos también las imágenes eran de una multitud en la calle despidiendo al ídolo del mundial".
"Esa fue una de las tantas veces que lo lloramos. El mundial resume el talento, el entorno, la política y la reinvención de Diego", concluyó.