Ricardo Nissen, director de la Inspección General de Justicia (IGJ), explicó cuál es la función de este organismo y porqué se actuó de oficio con la firma Caputo Hermanos SA.
En ese sentido, dijo que "su función es controlar el funcionamiento de las sociedades, por eso deben presentar las anónimas y sus estados contables. Y por ello, actuamos de oficio ante la repercusión que tuvo la firma Caputo Hermanos".
Consultado por Mañana es Mejor en Radio Provincia, explicó que "dicha sociedad fue creada en 2004, con un capital social de $12 mil y nunca lo aumentó. Se financia a través de préstamos que le devuelve la sociedad, no inscribe a sus nuevos administradores, realizan actas truchas, los libros están en blanco, los directores nunca cobran honorarios, accionistas que tampoco cobran dividendos, contables que nunca presentaron a inspección, pero que conseguimos porque fueron requeridos". Por tal motivo, remarcó que dicha firma "es un catálogo de cómo no se deben realizar estados contables".
En tanto, reiteró que "nuestra intervención es de oficio cuando se toma conocimiento de que hay una sociedad que actúa en contra de los parámetros legales. Son sociedades de ficción, con directorios, asambleas, emiten acciones, pero se quedan en los papeles y no cumplen su función sustancial".
Sin embargo, Nissen indicó que no se puede comprobar si Caputo Hermanos realizó movimientos de dinero ya que "los libros de Comercio están en deuda. Tienen cinco días para presentarlos porque dijeron que los tenía el contador. Allí se podrá descubrir si hubo ventas o compras".
No obstante, mencionó que el libro de Directorio "puede dar algunas pistas de las operaciones, pero en este caso no hay referencia a estos fideicomisos, es decir, los libros se llevan 'pour la galerie'". Y agregó que tampoco hay muestras de la compra de muebles realizados a la carpintería de Jonathan Morel.
"Cuando hay un contrato importante como lo es una operación por U$D 9 millones se hace referencia en el libro de Directorio, pero aquí no la hay", puntualizó.
Finalmente, precisó que dichas sociedades "son un instrumento importantísimo para concentrar capitales y hacer simulaciones. Uno se esconde detrás de una Sociedad porque tiene personería jurídica. La Sociedad puede ser muy peligrosa, por eso la Inspección de Justicia, desde 1893, evita que puedan concretarse estas medidas. Las sociedades offshore son un claro ejemplo de ello y por eso hay que controlarlo".