Desde Brasil, Marco Teruggi analizó el día después al triunfo de Lula Da Silva en las elecciones presidenciales y aseguró que el silencio de Jair Bolsonaro está “articulado con lo que está pasando en las calles” de Brasil.
En Siete Colores, por FM 97Une, el periodista y sociólogo describió la campaña electoral previa como una “contienda larga y tensa que dio mucho que pensar” y aseguró que con la victoria, Lula regresa a la arena política brasileña por la “puerta mayor, lo cual es potente en términos simbólicos y fácticos”.
Seguido recordó que Lula, el día que se consagró ganador dijo ‘Quisieron enterrarme vivo y acá estoy’ y agregó: “Esto comenzó con el golpe de Estado a Dilma Rousseff, y continuó con la persecución, encarcelamiento y la salida de la cárcel de Lula”.
Sin embargo, aclaró que la transición estará enmarcada por una “fuerte tensión (…) por el incremento de votos que tuvo Bolsonaro, efectivamente ahí vemos un proceso que tiene arraigo, liderazgo y una movilización que estamos viendo en las calles. Bolsonaro logró 7 millones de votos más que en primera vuelta. Creció más que Lula”.
Además, destacó que “el silencio de Bolsonaro abona lo que hoy está pasando en la calle. Hay cerca de 270 bloqueos, según informó la policía” y adelantó que “no se ve que eso sea algo que pueda detener el curso de la transición. De hecho, ya hubo comunicación entre los vicepresidentes. El proceso de transición será embarrado, pero ya está dando sus primeros pasos".
“Lo que se está viendo acá es como Bolsonaro trabaja su retirada y en ese proceso intenta condicionar al próximo Gobierno”, describió. Y denunció que si el presidente saliente "quisiera poner paños fríos a la situación saldría a hablar”.
Teruggi agregó: “ Si el reconociera la derrota, seguro aplacaría lo que ocurre en las calles . Porque no sé cuan convencido está este sector de que hubo fraude. Además, nadie lo ha dicho. Pero los cortes evidencian que ese sector está muy envalentonado y confortativo al regreso de Lula. Y eso expresa el nivel de confrontación que hay en Brasil”.
Por otra parte, aclaró que tras las elecciones ya se empezó a pensar la “estrategia a nivel Legislativo, se está trabajando para conformar algunas mayorías en un contexto donde hay una gran polarización con dos bloques que no se parecen”.
“La extrema derecha radicalizada de Bolsonaro. Y el bloque de centro de Lula, que es muy heterogéneo y con un discurso progresista y conciliador. Habrá que ver cómo hace Lula no solo con el bloque que tiene en frente sino con el propio que es muy amplio y heterogéneo. Dependerá mucho de su muñeca política, que deberá ser de acero” estimó.
Finalmente, el sociólogo se repasó el contexto latinoamericano y señaló: “En términos materiales hay condiciones que abonan frustraciones, desigualdades y malestares. Y sin lugar a duda, algunas fuerzas políticas tienen la capacidad de interpelar más a las personas y llevarlas hacia sus ideas. Y esta es la base social que hay que estudiar".
"La base social de Donal Trump se parece a la que hizo el brexit en Reino Unido o la que vota a Vox en España. Son las clases medias que están golpeadas, los perdedores de la globalización que encuentran en respuestas conservadoras lugares de reafirmación y un espacio dónde ampararse, por la falta de expectativas o el giro de las social democracias hacia las clases medias ilustradas con una agenda neoliberal. Es ahí donde la extrema derecha juega; pero eso es por por la debilidad de las izquierdas", describió y concluyó: "Cuando un sector progresista llega al gobierno, lo que tiene que hacer es modificar las cosas. Decirlo es fácil, pero hacerlo es complicado. Pero si se llega al gobierno y no da la forma de resolver los nudos principales, lo que más va a ser es aumentar las frustraciones. Y seguramente quienes la trabajen y la recojan mejor será la extrema derecha".