El profesor del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de São Paulo, se refirió primeramente a la aparición pública de Jair Bolsonaro luego de las elecciones del pasado domingo que consagraron como presidente a Lula da Silva.
“Fue un discurso breve y previsible, tengo la impresión que se quedó dos días encerrado pensando qué alternativas tendría, aceptar sin decir que acepta el resultado de las elecciones”, expresó, al tiempo que consideró que de alguna manera Estados Unidos respaldó al flamante presidente de Brasil, teniendo en cuenta la declaración del país del norte diciendo que respetaría el resultado. “Lula nunca ha amenazado la institucionalidad ni la democracia”, por lo cuál, “esa afirmación puede tomarse como un respaldo a Lula".
Al explicar el concepto del título de su libro “Brasil autofágico”, Barbosa dos Santos expresó “la concurrencia o el mercado no construye sociedad, porque el mercado dejado por sus mismas fuerzas va a producir una sociedad autofásica. El liberalismo histórico lo que ha hecho es precisamente vaciar todas las mediaciones entre lo que es la reproducción económica y la reproducción”. En ese sentido, afirmó “el bolsonarismo es una forma política que corresponde a este movimiento social, por lo tanto la apuesta es que para quitar la fuerza política de un fenómeno como es el bolsonarismo, hay que cambiar la fórmula social".
Seguidamente agregó “lo que me preocupa es que esa fuerza política más allá del anti-petismo (por Partido dos Trabalhadores) es algo que se alimenta y se refuerza por la misma dinámica social. Estoy muy contento de que Lula ganó, he recibido críticas por eso, pero en este momento lo apoyo, pero desde una perspectiva crítica”.
El historiador manifestó preocupación respecto a “qué va a pasar en Brasil de acá a 3 años cuando se evidencie que Lula va a ser incapaz de resolver los problemas que el pueblo tiene”. Ante ese escenario, expresó inquietud ante las posibles acciones que pudieran realizar “otras modalidades de bolsonarización de la política, o los mismos hijos de Bolsonaro. Yo describiría la situación política en Brasil como una tregua. Para salir de este infierno hay que cambiar la forma social”, repitió.
“El bolsonarismo ha despegado fuerzas y tendencias destructivas, incluso desde el punto de vista de los negocios capitalistas. Se tornó disfuncional para la misma lógica económica. Eso empantanó el acuerdo con la Unión Europea, y es un problema desde el punto de vista de los negocios. O cuando se pone a difamar chinos por las vacunas y lo que Brasil exporta es para China. Desde el punto de vista del capital financiero, la inestabilidad generada por esta forma política no les conviene”, por lo cuál “el regreso de Lula no debe ser interpretado como una victoria de la izquierda sino más bien una victoria de la política de la contención. Si pensamos que Bolsonaro es la aceleración de la crisis, el Lulismo es la contención de la crisis".
Barbosa dos Santos, aportó seguido “el problema mientras tanto es que la lógica del sociabilidad autofágica se profundiza” y planteó que “Lula va a encontrar un país distinto al que encontró hace 20 años, no es un movimiento pendular sino más bien una espiral que va erosionando más y más la sociedad, y esta erosión del tejido social es lo que genera el bolsonarismo”.