La filósofa, escritora y docente Diana Sperling, habló con Osvaldo Quiroga sobre su último libro publicado, “La difherencia. Sobre filiación y avatares de la ley en Occidente” y sobre sus lecturas respecto del pensamiento del filósofo Baruch Spinoza.
“Cada libro me lleva varios años, soy lenta pero dejo que maduren, como el buen vino. Tengo entre 4 y 5 años de trabajo para cada libro, porque implica mucha lectura e investigación. Más que acumular datos, lo interesante en el pensamiento es vincular cosas que no estaban juntas, eso es lo que me pasa”.
La entrevistada reveló que en su proceso de trabajo, “voy tomando notas, escribiendo borradores, guardando archivos y en algún momento va tomando forma. Hay que dejar que el deseo, que es inconsciente, haga su trabajo y así el libro se va escribiendo”.
En ese marco, consignó que “estoy escribiendo mi propio libro sobre Spinoza, quien refuta todo dualismo. Para él, las pasiones tienen un lugar importantísimo como motor, se trata de aumentar la potencia de obrar. Spinoza se disfraza de cartesiano al principio porque Descartes era el filósofo de moda. Descartes todavía piensa dentro de las categorías del pensamiento religioso cristinano, aunque lo refute. La concepción del cuerpo, del alma, de los afectos, del conocimiento, van en contra, por eso Spinoza es el más consumado anti-cartesiano: es un hereje”.
Sperling afirmó que “Spinoza es un contemporáneo, fue muy adelantado a su época, que era una época de intolerancia, de persecución. Fue maldito y expulsado por todos los credos e iglesias, tenía que escribir de un modo que no pudiera ser descifrado en su época, nos habla a nosotros. Tenemos que tratar de entender cuál es el mensaje que nos mandó para esta época”.