El escritor y mago Norberto Janenson conversó con “Narraciones extraordinarias” por Radio Provincia, donde repasó sus comienzos y dio detalles de los rumbos que tomó su carrera.
En primer lugar, contó que llegó a la magia “como todos los chicos, con una caja de trucos con la que era imposible aprender. Era muy frustrante el programa. Hoy la gente aprende viendo videos en YouTube”. En su infancia, “hacía trucos, pero padecía mucho el desdén familiar y la atención de compromiso, yo quería un público más comprometido, ya estaba encarando para otro lado”, señaló.
En ese marco afirmó que “cuando me di cuenta de que la magia era un trabajo y era repetición, sacrificio y otras cosas ya estaba demasiado enamorado y ya no era tan fácil salir. Además, había muchos beneficios con devolver al mundo un poco de la ilusión perdida como para que yo pensara que los costos eran tan altos. Sí sufrí el tedio de repetir el mismo show el mismo día, pero me pasó pocas veces, en general fueron más las satisfacciones”.
Janenson manifestó que “el sistema en el que vivimos va profanando todo: los bosques, los espacios sagrados, los edificios históricos y los secretos de los magos también. Lo que siento es que hay algo muy valioso en el encuentro con el otro, más allá si vas a hacer un truco o si le vas a servir un plato de comida. Tenemos en nuestro ADN el vínculo, la conexión humana. Lo que sea que promueva esa vibración, no va a cambiar nunca de moda”.
“La necesidad de volver al abrazo del abuelo, de creer que otras cosas son posibles es tan básico como lo que somos”, por eso hoy más que nunca hace falta recuperar esas cosas, indicó el artista.
Seguido, afirmó que “a la gente no le gusta, pero necesita perder el control. Cuando aprendés a venderle una fantasía a una persona, hay algo de ese juego de seducción que es hermoso y no solo lo hacen los magos”, también cualquier persona cuando se dispone a contarle a otra una historia. “Uno siente que uno tiene una llave que puede abrir unas puertas interesantes para que todos podamos jugar”.
Sobre su maestro René Lavand, expresó: “La gente, durante su show, no percibía que le faltaba una mano, estabas subyugados por su voz, sus silencios y sus historias. La gente no se acuerda de los trucos que hacía, sino de las historias que contaba”. En tanto, agregó que “no le veías lo que le faltaba, eso es lo que digo yo en el libro, porque las historias que contaba eran la ilusión de que no le faltaba nada”.
“La mano mágica” es el libro que acaba de publicar Janenson. Al respecto, indicó que “René enseñaba que lo más importante es estar, cuando no se hace ni se dice. Yo aprendí a estar, estando cerca de él”. Al terminar un taller literario que hizo con la periodista Verónica Abdala surgió el libro, reveló el entrevistado.
Escuchá la entrevista completa: https://drive.google.com/file/d/11tA_nyiBp9WZV_KLz24XnME--qwBuYMK/view?usp=share_link