“Estamos acá con mi hijo desde el partido con México, y ya tuvimos la posibilidad de ver varios partidos además de los de la selección. En total ya son once de lo que es una experiencia única y espectacular”, cuenta alegremente ‘Kike’, al tiempo que explica que “tenía el paquete armado a partir del partido contra Polonia, además de los octavos y cuartos de final, pero el día que perdimos con Arabia Saudita le dije a mi hijo que con México teníamos que estar como sea. Adelanté los pasajes y llegamos el mismo día de partido, bajamos del avión, estuvimos unas horas en el hotel y nos fuimos para la cancha. Después de pasar contra Países Bajos cambiamos el pasaje que teníamos de vuelta a la Argentina y decidimos quedarnos hasta lo último”.
Acerca de lo que fue el partido contra Países Bajos a partir de la rivalidad que se vio entre los jugadores y el cuerpo técnico de ‘la naranja’, comentó que “había una relación de treinta argentinos por cada uno de ellos, en proporción. La gente de Países Bajos fue a alentar a su gente y no alardea, como sí hicieron los mexicanos”.
Consultado por la experiencia de vivir una Copa del Mundo, destaca que “te abrazás con gente de Argentina que no sabés quién es, te encontrás a personas llorando de la emoción y muchas cosas más. Vivimos un partido con mucho sufrimiento”.
Al respecto de los costos Condorelli explica que “las plateas para el próximo partido, para aquellas personas que todavía no hayan comprado sus entradas, arrancan en un piso de 1500 dólares aproximadamente. Esto es para una ubicación en los niveles más bajos, porque el estadio tiene en total siete y del quinto para arriba se ve muy lejos, incluso más que en la cancha de River Plate, aunque son más baratas las entradas”.
“Acá se usa el real catarí y 100 dólares son aproximadamente unos 350 reales cataríes. Hay restaurantes buenos de 40 o 50 dólares por persona, pero hay alternativas como comer en la calle o comprar en los supermercados que la comida es muy buena y podés gastar unos 10 o 15 dólares”, concluye.