Cecilia Rustoyburu, doctora en ciencias sociales especializada en género, sexualidad y tecnologías, investigadora del Conicet y de la Universidad de Mar del Plata participa de un equipo de investigadoras que trabaja en el diseño de preservativos para vulvas de producción nacional.
El proyecto que nace de una convocatoria del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación reúne a investigadores de Universidades Nacionales, como el Grupo Genero de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) con organizaciones feministas como la Campaña Preservativo para Vulva.
En Siete Colores, por FM 97 Une, la investigadora detalló que el proyecto se enmarca en “una convocatoria que sacó el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación focalizada a cubrir desafíos de otros ministerios”.
“Y nosotros estamos trabajando desde uno de los desafíos pensado y diseñado desde los ministerios de las Mujeres y de Salud para el diseño de preservativos para vulva en prácticas de frotamiento genital”, aclaró.
Seguido, explico que en Argentina, actualmente hay en el mercado “preservativos para pene, pero no para vulva. Y en el mundo existen, son carísimos y están pensados para prácticas de penetración”.
“Lo que se propone es un campo de látex u otro material”, pero en definitiva no es más que ”un preservativo para penes adaptado y pensado en prácticas heterosexuales. Pero no hay nada para el sexo oral o de frotamiento genital” explicó.
Rustoyburu relató que en el equipo de trabajo actualmente “estamos en etapa de encuestas para usuarios. Para ello se importó un preservativo desde Malasia, que es uno de los mejores. Y estamos haciendo unas encuestas para que nos cuenten la experiencia”.
“El producto que se importó no es de latex, pensando en los alérgicos a este material. Y por lo que pudimos ver en las primeras encuestas no está muy bueno. Su material es parecido al de las bolsas ziploc y tienen un pegamento que se aplica en la zona genital, que es muy pegajoso e incómodo, y además es engorroso su uso porque requiere que quien lo use esté depilada”, describió. Y enfatizó que “está pensado para que luego una parte se introduzca en la vagina porque en Malasia, las prácticas homosexuales están prohibidas, por lo tanto el preservativo está pensado desde el paradigma heteronormativo”.
Finalmente, agregó que al equipo de trabajo se incorporaron “las chicas de la cooperativa de diseño de la facultad de Arquitectura y Diseño de la UBA que tienen otro proyecto porque una de las cosas que se pide en las encuestas es la posibilidad de poder usar este método de prevención sin tener que estar sosteniéndolo y que no sea un pegamento que haga doler”.
“Hay algunos diseños que son como una bikini, o un arnés que permite el reemplazo del látex o el polímero. Se está pensando en algo así… estamos en esa etapa”, adelantó.